
La accesibilidad en una comunidad de vecinos no solo beneficia a personas con movilidad reducida o personas con discapacidades, sino también a personas mayores, familias con niños pequeños y cualquier persona que pueda enfrentar dificultades temporales de movilidad. Un entorno accesible facilita la autonomía personal y reduce la dependencia de terceros para realizar actividades cotidianas.
Normativas legales sobre accesibilidad
En España, la Ley de Propiedad Horizontal y el Código Técnico de la Edificación regulan las condiciones que deben cumplir los edificios para garantizar la accesibilidad. Estas normativas establecen que las comunidades de propietarios deben llevar a cabo las adaptaciones necesarias en los siguientes casos:
-
Petición de un propietario: Si una persona con discapacidad o mayor de 70 años solicita mejoras que le permitan acceder sin dificultad a su vivienda o a las zonas comunes, la comunidad debe atender su solicitud.
-
Obras obligatorias: La comunidad está en la obligación de realizar las reformas necesarias para mejorar la accesibilidad, siempre que el coste anual no supere el equivalente a 12 mensualidades de los gastos ordinarios.
Asimismo, recientes cambios en la legislación han endurecido la necesidad de obtener el consentimiento de la comunidad para determinadas actuaciones, como la transformación de viviendas en alojamientos turísticos, lo que puede influir en la accesibilidad y la convivencia dentro del edificio.
Desafíos comunes en la implementación de medidas de accesibilidad
A pesar de las normativas vigentes que promueven la accesibilidad en las comunidades de propietarios, la adaptación de los edificios sigue enfrentando múltiples obstáculos. Estas dificultades pueden ser de índole económica, organizativa o estructural, lo que ralentiza o incluso impide la ejecución de mejoras necesarias para garantizar un entorno accesible para todos los vecinos.
Desde NVFINCAS en Alicante detallamos los principales desafíos que suelen surgir en este proceso:
1. Costes económicos elevados
Uno de los mayores impedimentos para mejorar la accesibilidad en una comunidad de propietarios es el coste asociado a las obras. Adaptaciones como la instalación de ascensores, rampas, plataformas elevadoras o puertas automáticas requieren una inversión significativa que no todas las comunidades pueden asumir fácilmente.
El coste final de las obras dependerá de diversos factores, como las características del edificio, la magnitud de las intervenciones necesarias y los precios del mercado de la construcción en ese momento. En muchos casos, la falta de un fondo de reserva adecuado o la imposibilidad de acceder a subvenciones públicas limita la viabilidad de estos proyectos.
Además, aunque la ley obliga a la comunidad a realizar las obras necesarias cuando el coste por propietario no supere el equivalente a 12 mensualidades de los gastos ordinarios, este límite puede seguir representando una barrera en comunidades con presupuestos ajustados.
2. Dificultad para alcanzar el consenso entre vecinos
Otro reto importante es la necesidad de lograr el acuerdo de la mayoría de los propietarios para la aprobación de las reformas. En muchas comunidades, especialmente en aquellas donde no hay residentes con necesidades especiales de movilidad, algunos vecinos pueden mostrarse reacios a asumir el coste de las obras si consideran que no les afectan directamente.
Esta falta de sensibilidad o de información sobre la importancia de la accesibilidad puede generar conflictos entre los propietarios, dificultando la toma de decisiones en las juntas de vecinos. En ocasiones, la resistencia al cambio o el miedo a incrementos en las cuotas comunitarias provocan que las propuestas de mejora sean rechazadas o postergadas indefinidamente.
Para facilitar el consenso, es fundamental realizar sesiones informativas donde se expliquen los beneficios de la accesibilidad no solo para las personas con movilidad reducida, sino para toda la comunidad, ya que estas mejoras también aumentan el valor del inmueble y la comodidad para todos los residentes.
3. Limitaciones estructurales de los edificios antiguos
En comunidades con edificios de cierta antigüedad, las características arquitectónicas pueden representar un obstáculo significativo para la implementación de mejoras en accesibilidad. Muchos inmuebles construidos antes de la entrada en vigor de normativas más exigentes en materia de accesibilidad no cuentan con espacios adecuados para la instalación de ascensores, rampas o plataformas elevadoras.
Entre las principales dificultades estructurales que pueden surgir, se encuentran:
- Escaleras estrechas o espacios reducidos que impiden la colocación de rampas o ascensores.
- Falta de espacios en los zaguanes para adaptar los accesos sin comprometer la seguridad o la estética del edificio.
- Instalaciones obsoletas que requieren una reforma integral antes de proceder a la adaptación para la accesibilidad.
En estos casos, la solución pasa por estudiar alternativas viables, como la instalación de ascensores exteriores, plataformas salvaescaleras o modificaciones en los accesos al edificio. No obstante, estas intervenciones suelen ser más costosas y requieren la aprobación de licencias municipales, lo que puede retrasar el proceso.
Beneficios de mejorar la accesibilidad
- Invertir en accesibilidad aporta múltiples beneficios:
- Revalorización del inmueble: Edificios accesibles son más atractivos en el mercado inmobiliario, aumentando su valor.
- Mejora de la convivencia: Un entorno inclusivo promueve relaciones más armoniosas entre los vecinos.
- Cumplimiento legal: Adaptarse a las normativas evita posibles sanciones y garantiza derechos fundamentales de los residentes.
Paso a paso para mejorar la accesibilidad en la comunidad
- Evaluación inicial: Realizar una auditoría de accesibilidad para identificar barreras existentes y posibles soluciones.
- Asesoramiento profesional: Contar con expertos en accesibilidad y arquitectura para diseñar adaptaciones adecuadas.
- Búsqueda de financiación: Explorar subvenciones y ayudas públicas destinadas a mejoras de accesibilidad.
- Sensibilización: Informar y concienciar a los vecinos sobre la importancia y beneficios de un entorno accesible.
- Planificación y ejecución: Establecer un plan de acción con plazos y responsables claros para implementar las mejoras necesarias.
En definitiva, garantizar la accesibilidad en las comunidades de propietarios no solo es una obligación legal, sino también un factor clave para fomentar la inclusión y mejorar la calidad de vida de todos los vecinos.
Contar con un entorno accesible permite que personas con movilidad reducida, mayores, familias con carritos de bebé o cualquier residente con dificultades temporales puedan desplazarse con mayor autonomía y seguridad dentro del edificio y sus zonas comunes.
Si bien la implementación de mejoras en accesibilidad puede suponer ciertos desafíos, como la necesidad de inversión económica, la obtención del consenso entre propietarios o las limitaciones estructurales de algunos edificios, los beneficios que aportan estas reformas son incuestionables. No solo facilitan el día a día de los residentes con necesidades específicas, sino que también incrementan el valor del inmueble, modernizan las instalaciones y refuerzan la convivencia dentro de la comunidad.
Además, la adaptación de los edificios a las normativas de accesibilidad contribuye a evitar sanciones y a reducir posibles conflictos legales en el futuro. Apostar por entornos más accesibles no debe verse únicamente como una obligación, sino como una oportunidad para mejorar el bienestar de todos los vecinos y asegurar que la comunidad se mantenga funcional y cómoda para las generaciones presentes y futuras.
Por todo ello, nuestro administrador de fincas en Alicante recomienda a las comunidades de propietarios considerar la accesibilidad como una inversión a largo plazo que, más allá del cumplimiento normativo, representa un compromiso con la igualdad, la seguridad y la mejora de la calidad de vida de todos sus residentes.