Muchas comunidades de vecinos, sobre todo las más pequeñas, todavía llevan a cabo la autogestión. Aunque en este tipo de fincas es viable, es mucho más cómodo y profesional que la gestión se lleve a cabo por parte de un Administrador de Fincas colegiado. Éste tiene la experiencia necesaria para llevar llevar a cabo todas las labores relacionadas con total diligencia y profesionalidad.
Características de las comunidades de vecinos pequeñas
Lo que caracteriza a las comunidades de vecinos pequeñas es que en la mayoría de los casos, los vecinos se conocen. La relación de vecindad y el ambiente es mucho más estrecho y cercano. En estos casos suele haber mucha más interacción, solidaridad e implicación para con las zonas comunes… En este tipo de comunidad, por normal general, todos los vecinos están dispuestos a ayudar e involucrarse en los problemas que acontezcan.
La confianza y cercanía entre los residentes, así como su pequeño tamaño, lleva a pensar que no resulta complicado su gestión, de ahí que se opte por la autogestión en la mayoría de los casos.
¿Autogestión o contratar un administrador de fincas para la administración de comunidades pequeñas?
La autogestión es la manera tradicional de gestionar una comunidad de vecinos. Hace algunos años, incluso las comunidades más grandes, también era autogestionadas.
Este modelo funciona eligiendo a un presidente/a que posteriormente se encargará de todo lo relacionado con la comunidad de vecinos: controlar el pago de recibos, contabilidad, solicitar presupuestos, gestionar las reparaciones necesarias, etc.
Con el paso de los años la autogestión ha ido quedando al margen, tanto en comunidades de vecinos pequeñas, como en comunidades más grandes. Aunque las comunidades de vecinos pequeñas pueden abarcar esta labor de manera más llevadera, los administradores de fincas, han profesionalizado la gestión, permitiendo a los vecinos despreocuparse y vivir de manera más relajada.
La autogestión tiene ventajas: la comunidad consigue un ahorro de dinero, puesto que no tiene que pagar por este servicio. Pero también algunos inconvenientes: la autogestión requiere de mucha implicación, esfuerzo y dedicación por parte del presidente. Además, la autogestión suele derivar en problemas vecinales derivados de conflictos entre propietarios.
A pesar de que la autogestión pueda ser una opción para la administración de fincas pequeñas, es interesante que se valore la decisión de contratar a un profesional especializado. Al final, son los vecinos los que tienen que valorar qué les conviene más
Tanto la autogestión como la gestión por parte de administradores de fincas, tiene sus cosas buenas y sus cosas malas. Al final, la decisión depende de cada comunidad… Son los vecinos los que tienen que valorar qué les conviene más.
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